Capítulo 5 "Abilian"
“¡Aquí está! ¡Intentemos descifrarlo!” dijo el panda.
Desde el escollo:
Anda 5 a la hasta la desembocadura del torrente
Remonta la ribera del torrente 5
Dobla a la y avanza 4
Avanza hacia 6
Dobla a la y prosigue 5
Encontrarás un gran árbol de y desde allí verás Abilian..
= 1 cuadro ● = salida
El panda siguió todas las instrucciones.
De vez en cuando se equivocaba contando los pasos, así que tuvo que volver atrás y empezar desde el principio muchas veces. “¡Uf!” resopló el panda. “¡Nunca he sido bueno en matemáticas! ¡Qué difícil es contar!”
Al final, entrevió el árbol de bambú.
“¡Hurra! ¡He llegado a mi destino!” exclamó.
El panda se puso a mirar a su alrededor y, de inmediato, vio unas mariposas de colores muy bonitas que danzaban en el aire; olió el perfume intenso de las flores, oyó el gorjeo alegre de las aves y el sonido delicado de los arroyos.
Bajo sus patas, sentía también una hierba fresca y blanda al tacto. Realmente un sabor agradable flotaba en el aire.
“¡Qué bonito! Este lugar es el adecuado para mí”, pensó el panda feliz.
Como estaba hambriento, comenzó a subirse al árbol de bambú para hacerse con las hojas más tiernas. Estaba a punto de probar su sabor delicado, cuando se sorprendió al ver dos grandes ojos amarillos y perplejos que lo miraban fijamente.
“¡Madre mía! ¿Quién eres tú?” preguntó el panda. “¿Te he molestado?”
“No, no, sólo estaba echando una siesta. Soy el búho. ¡Nunca te he visto antes!
¿Eres nuevo aquí?”
“Sí, acabo de llegar”, contestó el panda.
“Ma da dove vieni?” chiese il gufo.
“¿De dónde vienes?” preguntó el búho.
“Es una historia muy larga, pero si no te mueres de sueño te la voy a contar.”
El búho, que estaba interesado, consintió.
“Hace unos días me echaron del reino de los tigres, porque decían que era torpe y lento. ¡Pues, estaba tan triste y solo! No sabía dónde ir y, buscando un lugar para mí, me perdí en la selva. Por suerte encontré a un murciélago, que me tranquilizó hablándome de Abilian y, de noche, me guío hasta una primera pista para llegar allí. El mensaje decía que tenía que andar tres días para llegar al mar y hablar con el rey de los delfines. Se presentaba un camino largo y difícil ante mí, pero una ardilla llegó en mi auxilio y, a pesar de su prisa habitual, me ayudó a recoger grandes provisiones de comida para proseguir mi viaje.
Cuando llegué al mar, encontré a una tortuga que llamó al rey de los delfines y me ayudó a hablar con él. El delfín me llevó a un escollo donde estaba la segunda pista para llegar a Abilian. ¡Y ahora estoy aquí!” concluyó el panda.
“¡Caramba!
¡No creo que tú seas torpe y lento si lograste recorrer un camino tan largo! Al contrario, creo que tú eres un panda audaz y valiente”, dijo el búho.
“Querido búho, tú eres muy amable diciéndome estas cosas pero, si yo llegué aquí, fue principalmente gracias a los amigos de los que te acabo de hablar”, contestó el panda.
“¡Pues entonces, es verdad que
los ricos son los que tienen amigos!” dijo el búho.
“¡Sí! Ellos fueron un tesoro para mí. Estaban
dispuestos a conocerme y a escucharme, y cada uno me ayudó a su manera”, dijo el panda.
“¡Seguramente!” dijo el búho. “Pero, tú también estabas
dispuesto a fiarte de ellos. Al final,
lograste encontrar en sus capacidades específicas unos considerables recursos, que se han revelado una ayuda eficaz para ti.”
“Con respecto a esto,” dijo el panda, “leyendo la pista, entendí que podía ver Abilian desde aquí.”
“¡Seguro!” respondió el búho. “¡Bájate del árbol y sigue mis instrucciones!”
“¡Uf, más instrucciones! ¿No tendré que contar?” preguntó el panda.
“No te preocupes, te voy a llevar yo.”
La hierba era alta y fresca, y pisándola el panda dejaba las huellas de su paso. Siguiendo las instrucciones que el búho le impartía desde lo más alto, llegó al punto de salida.
“¿Pero cómo? Estamos en el punto de salida”, protestó el panda cansado.
“¡Claro que sí! ¡Súbete al árbol otra vez y lo entenderás!” dijo el búho.
Cuando estaba arriba, el panda miró el recorrido que había trazado pisando la hierba.
“¡Oh! ¡Qué maravilla! Ahora todo está claro para mí”, exclamó el panda. “¡Abilian es verdaderamente un lugar fantástico!”
Y AHORA TE TOCA A TI…
Vuelve al mapa y sigue las instrucciones del búho; traza el recorrido y descubre tú también qué es Abilian (1 paso = 1 cuadro).
Da 3 pasos subiendo hacia la derecha en diagonal
Sigue recto hacia arriba 2 pasos
Continúa hacia arriba y da 1 paso a la izquierda en diagonal
Da 1 paso a la izquierda
Da 1 paso descendiendo hacia la izquierda en diagonal
Da 1 paso subiendo hacia la izquierda en diagonal
Da 1 paso a la izquierda
Da 1 paso descendiendo hacia la izquierda en diagonal
Baja recto 2 pasos
Da 3 pasos descendiendo hacia la derecha en diagonal
¿Qué representa Abilian?
¿Cuál es su significado?
Lee otra vez las frases remarcadas en este capítulo y escribe tu reflexión.